Muchos llevan a un asesino en su interior que nunca se exteriorizó, otros llevan a un pervertido que tampoco nunca existió, un ladrón, un dictador, etc… estos personajes nunca “vieron la luz” o no fueron vistos por otros porque sabemos está mal, porque faltó valor, por vergüenza, porque nos llevaría a perder respetabilidad o a la cárcel etc. Pero no nos importa tener estas tendencias por dentro pensando que mientras no se exteriorizan pues no hacen daño. Lo pienso pero no lo hago, por lo tanto puedo seguir pensando así. Sabemos que el mal entra en la mente hasta que consigue materializarse. Pero el mal también se cristaliza en la imaginación si se lo permitimos, recreándonos con ello.
Algunos escritores de novelas de terror por ejemplo se contentan con plasmarlo en papel sin preocuparse que es algo que salió de su imaginación como si fuera algo que no les perteneciese y no fueran responsables, como es “ficción”, no es “real”…
Mientras las personas usan su imaginación para gestar imágenes dantescas o perversas es lo que se plasmará en Tierra tarde o temprano. Así funciona el árbol de la vida.
Es duro cuando reconocemos algunas tendencias perversas dentro de nosotros, pero ninguna de ellas pertenece al real ser que somos y sabemos que debemos extirparlas de nosotros y ellas lo hacen cuando hemos elegido el amor y la unión con nuestro verdadero ser. 🤗
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